La secundaria en Argentina: alta matriculación y amplia brecha socioeconómica entre estudiantes de privadas y públicas

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Las pruebas PISA 2012-2022 arrojaron datos que destacan a la Argentina como el país con mayor matrícula en la educación secundaria en Latinoamérica. Sin embargo, el informe también evidencia un aumento en la brecha entre la educación pública y privada.

En diálogo con Fabián Acosta por UNO 106.3 FMPablo Mainer, integrante de la ONG Argentinos por la Educación, analizó los resultados y las causas de esta situación.

F.C.: Se conoció este informe que indica que Argentina tiene la mayor matrícula en la educación secundaria en la región, pero también que se ha profundizado la desigualdad entre escuelas públicas y privadas. ¿Podrías contarnos más sobre estos hallazgos?

P.M.: Así es. Este informe del Observatorio Argentino por la Educación analiza los resultados de las pruebas PISA desde 2012 hasta 2022, evaluando la evolución de la segregación e integración escolar. Es alentador ver que el 94% de los chicos en Argentina están en la escuela secundaria, un dato que ha mejorado en la última década. De hecho, somos el país con mayor cobertura en la región.

Sin embargo, el problema radica en la distribución de los alumnos según su nivel socioeconómico. Históricamente, la escuela pública argentina fue un modelo de integración social, donde convivían chicos de distintas clases. Hoy, eso está cambiando: las escuelas privadas concentran cada vez más a los sectores económicamente favorecidos, mientras que las públicas se ven relegadas a los más vulnerables.

F.C.: Entonces, ¿podríamos decir que Argentina perdió su tradición igualitaria en la educación?

P.M.: Aún existe en algunas ciudades pequeñas o en ámbitos rurales, pero en las grandes urbes la segregación se ha profundizado. La escuela refleja lo que ocurre en la sociedad: el índice de Gini, que mide la desigualdad económica, muestra que en Argentina la brecha entre ricos y pobres se ha agrandado en los últimos años. La educación no es ajena a esto.

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F.C.: ¿Cuáles podrían ser las causas de esta situación?

P.M.: Varias. Por un lado, el deterioro de algunas escuelas públicas ha llevado a familias con mayores recursos a optar por instituciones privadas. Además, la crisis económica influye: las familias con menos posibilidades dependen exclusivamente del sistema público, mientras que quienes pueden pagar buscan alternativas privadas.

F.C.: Hay quienes dicen que, a pesar de la crisis, muchos estudiantes han migrado de la escuela privada a la pública. ¿Se está midiendo este fenómeno?

P.M.: Aún no contamos con datos concretos, ya que trabajamos con información oficial y los estudios aún están en proceso. No obstante, es un fenómeno que merece atención.

F.C.: Algunos países de la región han mejorado sus resultados en educación, a pesar de enfrentar crisis económicas y políticas graves. ¿Qué podemos aprender de ellos?

P.M.: Exacto. Ejemplos como El Salvador, Honduras o Nicaragua muestran que con políticas educativas sólidas se pueden obtener mejores resultados. En Argentina, es clave un consenso político para fortalecer la educación como herramienta de equidad social.

F.C.: Mencionabas que Argentina lidera en matrícula secundaria con un 94%, pero que otros países han tenido un mayor crecimiento. ¿A qué se debe?

P.M.: Argentina ha tenido políticas de inclusión educativa desde hace mucho tiempo, lo que explica nuestro alto porcentaje de escolarización. Sin embargo, países que partían de indicadores más bajos han logrado mayores avances en esta década.

El informe del Observatorio Argentino por la Educación deja en evidencia un problema estructural: aunque Argentina tiene una de las matrículas secundarias más altas de la región, la desigualdad entre la educación pública y privada se ha profundizado. La escuela, que alguna vez fue un espacio de integración social, hoy refleja las crecientes brechas económicas. El desafío está en recuperar su rol igualador a través de políticas públicas que prioricen la calidad y equidad educativa.