Investigadores del Conicet y la UNL buscan mejorar el cannabis medicinal
El Conicet y la UNL están trabajando juntos con el objetivo de hacer un mejoramiento genético de la semilla del cannabis medicinal. El director de este programa, Marcelo Zabala, en diálogo con Todo en Uno en UNO 106.3 contó que tras esta investigación se podrá tener un banco con diferentes materiales y concentraciones de CBD.
Este trabajo de investigación se está realizando en la Facultad de Ciencias Agrarias, en Esperanza, y el Instituto de Ciencias Agropecuarias del Litoral (Iciagro Litoral), perteneciente al Conicet, que se encuentra en Santa Fe. Investigadores de ambos establecimientos forman parte del equipo.
l proyecto inició en 2020, cuando una empresa privada se acercó al instituto con la idea de llevar a cabo un programa de mejoramiento en cannabis medicinal. Cabe aclarar que en el Conicet ya había personas que tuvieron proyectos de mejoramiento pero en otras plantas e investigadores que estaban abocados a la extracción de los diferentes compuestos que tienen las plantas y en particular del cannabis.
Juntos diseñaron un proyecto con dos objetivos. "Por un lado hacer un mejoramiento genético para desarrollar variedades que se adapten a nuestra provincia, específicamente estamos pensando en nuestro cordón hortícola porque el cannabis es un cultivo intensivo. Y por otro lado tratar de hacer una evaluación de esos materiales en diferentes suelos, sobre todo del cordón hortícola porque el mismo es extenso y una de las principales diferencias que hay entre las diferentes regiones son los suelos", expuso el profesional.
La especie de la cannabis sativa tiene múltiples variedades. La planta acumula cerca de 100 compuestos cannabinoides, entre otras sustancias que cuentan con acciones terapéuticas y medicinales. "Históricamente podemos decir que había dos usos que tenía el cannabis. Por un lado se lo denominaba cáñamo y era un cultivo que se usaba para extraer fibra, era una de las más buscadas hasta antes de la Segunda Guerra Mundial", señaló.
A su vez, había variedades que acumulaban un determinado cannabinoide llamado THC. Al respecto, Zabala explicó que tenía "acciones psicotrópicas, se llamaba marihuana". Después se descubrió el cannabinoide denominado CBD y que posee múltiples aplicaciones terapéuticas y es en este en el que los investigadores están trabajando: "Tratar de desarrollar variedades que acumulen altas cantidades de CBD, bajas cantidades de THC, para poder ser utilizados como material medicinal. De todas maneras, ya se sabe que hay interacción entre los diferentes cannabinoides y es como que podrían desarrollarse variedades que tengan alto CBD y un poquito de THC porque se sabe que entre los dos hay una sinergia y su acción medicinal y terapéutica se mejora considerablemente".
Plantación provincial en el Inta de Monte Vera
Inta Monte Vera
Uno de los desafíos más importantes de este mejoramiento es que hay pocas plantas que tienen esa biología, las mismas pueden ser femeninas o masculinas. "Vamos a tener plantas que produzcan flores masculinas, es decir que produzcan polen. Y vamos a tener otras plantas que produzcan flores femeninas y entonces para obtener semillas uno debe tener dos plantas, una denominada macho y otra hembra. Cosa que es raro porque en realidad la mayoría de las plantas tienen en la flor la parte masculina y femenina, eso hace que haya todo un desafío a la hora de hacer mejoramiento", explicó Marcelo Zabala.
Uno de los fines que se persigue con esta investigación es pasar a tener un banco de semillas y de genética que cuente con diferentes materiales y con distintas concentraciones de CBD para poder ser utilizadas para diversas enfermedades. El investigador indicó que actualmente en Argentina se aprobó para una sola patología el uso del cannabis medicinal.
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