Cambio de huso horario en Argentina: "Dormimos mal porque vivimos con la hora equivocada"

La doctora en Astronomía Beatriz García afirmó a UNO Santa Fe que el huso horario actual altera los ritmos biológicos. El Congreso ya debate un cambio que impactaría en la salud antes que en el bolsillo
La Argentina vive con un horario que no le corresponde geográficamente, y eso impacta en la salud y en los ritmos biológicos de la población. Con esa premisa, especialistas celebraron que la Cámara de Diputados diera media sanción a un proyecto para modificar el huso horario, que ahora deberá ser debatido en el Senado.
La iniciativa, impulsada por el senador mendocino Julio Cobos, propone atrasar una hora el reloj oficial para adecuarlo a la posición geográfica real del país. De esa manera, el día comenzaría más temprano en relación con la luz solar, corrigiendo la actual descoordinación que —según advierten los científicos— genera consecuencias negativas en el descanso, el rendimiento y la vida cotidiana.
En diálogo con Mañana UNO por UNO 106.3 FM, la doctora en Astronomía Beatriz García, investigadora del Conicet y profesora de la Universidad Nacional de Cuyo, explicó que “el beneficio principal no se vería en el ahorro energético, como en otras épocas, sino en la salud de la población”.
Con contundencia, García resumió el problema: “Dormimos mal porque vivimos con la hora equivocada”. Según García, los ritmos circadianos se ven alterados cuando el horario social no coincide con el horario solar. “Hoy en gran parte de la Argentina amanecemos más tarde de lo que deberíamos, lo que retrasa el inicio de las actividades, afecta la calidad del sueño y repercute en el bienestar general”, sostuvo.
Beatriz García. Doctora en Astronomía e investigadora del Conicet.
Educación
La especialista remarcó que el impacto sería visible en sectores como la educación, ya que los estudiantes comenzarían sus jornadas más alineados con el sol, reduciendo el cansancio matutino. También en la vida laboral y social, con jornadas más naturales y menos forzadas por la discordancia entre el reloj y la luz.
Por otra parte, aclaró que el argumento energético, que solía ser central en el pasado, hoy perdió fuerza por el cambio en los consumos y tecnologías. Sin embargo, insistió en que “ajustar el horario no es un capricho, sino una decisión basada en evidencia científica que prioriza la salud pública”.
Ahora, el proyecto espera el tratamiento en la Cámara Alta. De aprobarse, la Argentina pasaría oficialmente al huso horario -4, lo que significaría atrasar una hora los relojes respecto de la actual hora legal.
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