De refugio a Centro de Día: “Cambiamos el paradigma para abordar a personas en situación de calle”

La Casa Beata Clara continúa funcionando como refugio municipal, pero por decisión del intendente Juan Pablo Poletti se transformó en un Centro de Día abierto los 365 días del año. El objetivo de este cambio es brindarle a las personas que concurren herramientas y contención._ El refugio municipal que funciona en la Casa Beata Clara, ubicada en avenida Blas Parera 7740, cuenta con cerca de 50 plazas que permiten alojar a personas en situación de calle. Sin embargo, desde hace unos meses, no es sólo un lugar para ducharse, dormir, y comer un plato caliente. Tras la decisión del intendente Juan Pablo Poletti, este espacio se transformó en un Centro de Día abierto los 365 días del año cuyo objetivo es brindarle a las personas que concurren herramientas y contención. El secretario de Políticas Sociales, Hugo Marchetti explicó: “La Municipalidad decidió cambiar el paradigma de la intervención y del abordaje de personas en situación de calle. Dejamos de tener solamente el refugio para la etapa invernal para que las personas puedan estar bajo techo y descansar. Esto cambió hacia lo que entendemos como un centro integral de atención que está durante todo el año, fines de semana y feriados.” Por ello, el municipio dispuso que allí se realicen actividades deportivas, talleres de huerta, cocina y nutrición, consumos problemáticos, cognitivos, y actividades orientadas a la inserción laboral y al desarrollo de habilidades. Cabe resaltar que todas las personas alojadas han participado en al menos una de las actividades propuestas, aunque entre 20 y 30 de ellas las realizan periódicamente. De esta forma se garantiza una atención integral y específica según las necesidades de cada población. Las actividades propuestas por el municipio son articuladas con Capital Activa, y las distintas áreas de la Secretaría de Políticas Sociales. “En lo que va del año han pasado más de 300 personas, que no quiere decir que haya 300 personas en situación de calle, sino que se repiten grupos de gente que vienen con mayor regularidad”, sostuvo el funcionario. *Contención y algo más* Además del servicio de desayuno para todos los participantes o alojados y del espacio de socialización, esta política pública tiene como fin que estas personas puedan superar la situación de calle, fortalecer la autonomía y la integración social, y recuperar aspectos vinculares. Mediante los talleres se busca tanto la reinserción de estas personas en la sociedad, capacitarlos y acompañarlos también en la vida laboral, como también impulsar el trabajo cognitivo a través de actividades que estimulen la memoria, la atención y el aprendizaje. Por otra parte, los asistentes a la Casa Beata Clara tienen controles de salud periódicos para la prevención y el cuidado integral. Además, junto a profesionales, se trabaja en fortalecer la salud mental y se aborda la problemática de consumo problemático. También se fomenta la práctica deportiva para la adopción de hábitos saludables, y se promueve el trabajo con la huerta como espacio terapéutico, formativo y de reconexión con la tierra. “Todos los dispositivos de equipos sociales de la Municipalidad, se encuentran a disposición para abordar este tema que es cada vez más complejo de las personas que están en la calle. Cada equipo trata de descifrar, determinar la trayectoria de por qué una persona está en situación de calle, cuáles son los motivos y ver de alguna manera de dotarlos nuevamente de herramientas que puedan hacer que su vida. Tratamos que se queden más tiempo acá abordando alguno de sus temas”, resaltó Marchetti. *La Casa Beata Clara Bosatta: un nuevo espacio para habitar* La Casa Beata Clara Bosatta de Santa Fe pertenece a la congregación católica Hijas de Santa María de la Providencia, y lleva ya 32 años al servicio de los más necesitados. Desde 2023, a partir de un convenio con la Municipalidad, funciona como refugio para personas que no tienen dónde dormir. El responsable del Centro de Día Beata Clara, Luciano Aranda contó: “Trabajamos con personas de 18 hasta 78 años. Básicamente nuestra premisa tiene que ver con lograr un egreso positivo y lograr una salida de la situación de calle con todo el apoyo de esta batería de dispositivos municipales que tenemos al alcance”. Con el cambio de paradigma, Aranda coordina el equipo de responsables del centro de integración social, quienes son encargados de planificar, organizar, supervisar y evaluar el funcionamiento general de los talleres; de personal de salud que realiza los controles diarios en simultáneo con las actividades dictadas; y de una trabajadora social especializada asignada a las áreas de adultos mayores, personas con consumo problemático y personas con discapacidad. “Las instalaciones son muy cómodas, es la primera vez que el municipio cuenta con esta posibilidad de alojar tanta cantidad de personas. Nosotros tenemos una capacidad máxima de 60 camas”, cerró Aranda.