Brotes de sarampión: sostienen que "los grupos antivacunas se fortalecieron y encontraron mayor visibilidad"
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió en marzo una alerta epidemiológica por brotes de sarampión en al menos cuatro países de la región. En Argentina, donde la enfermedad se consideraba erradicada desde hace años, ya se registraron casos importados que encendieron señales de alarma, especialmente por el contexto actual: una caída en la adherencia a los esquemas de vacunación y el fortalecimiento del movimiento antivacunas.
El doctor Juan Claus, virólogo de la Universidad Nacional del Litoral, explicó en el programa "Mañana UNO" por UNO 106.3 FM que el brote se originó a partir de dos niñas no vacunadas provenientes de Rusia, lo que provocó una cadena de contagios en Buenos Aires. “No teníamos brotes desde hace mucho tiempo, y si bien hubo casos aislados importados, esta es una situación distinta”, señaló.
Consultado sobre las causas de esta reaparición, el especialista fue claro: “Es un fenómeno multifactorial, pero los movimientos antivacunas y el cansancio pospandemia son factores que están influyendo”. Claus explicó que durante la crisis sanitaria por COVID-19, los grupos antivacunas se fortalecieron y encontraron mayor visibilidad, en parte por la desinformación en redes sociales y el miedo generalizado.
Aunque estos movimientos tienen una larga historia —“en Gran Bretaña existen desde la primera vacuna contra la viruela, a fines del siglo XVIII”—, su efecto hoy se potencia. “En la Argentina, históricamente no han tenido tanto peso, y eso permitió sostener una buena cobertura. Pero esa tradición empieza a verse amenazada”, advirtió.
¿Qué dice el calendario nacional?
El sarampión forma parte del esquema obligatorio de vacunación en el país. Se administra en dos dosis: la primera a los 12 meses y la segunda a los 5 años. Claus recordó que es fundamental mantener una cobertura superior al 95% para evitar la circulación del virus: “Es uno de los más contagiosos. Se transmite entre cinco y seis veces más rápido que el COVID-19”.
En este sentido, el especialista fue categórico: “La única forma de evitar que el virus vuelva a circular es con una comunidad vacunada. No hay tratamiento antiviral específico. Prevenir es nuestra única herramienta”.
Además, hizo hincapié en la necesidad de educar e informar a la población, tanto para mantener las coberturas como para detectar signos tempranos de la enfermedad. Fiebre alta, sarpullido y conjuntivitis son síntomas a tener en cuenta.
Un llamado de atención
En la provincia de Santa Fe, por ahora no se registraron casos positivos, aunque sí algunas sospechas que fueron descartadas. Sin embargo, las autoridades ya reforzaron la vigilancia epidemiológica y se insiste en la revisión del calendario de vacunación.
“El sarampión no es una enfermedad leve. Puede derivar en neumonía e incluso en complicaciones graves que ponen en riesgo la vida. Por eso, tanto a nivel individual como colectivo, vacunarse es un acto de responsabilidad social”, subrayó Claus.
Lo que parecía un brote aislado pone en discusión un problema mayor: la pérdida de confianza en las vacunas y el auge de discursos negacionistas que ponen en riesgo la salud pública. La respuesta, según los expertos, no puede ser otra que reforzar la vacunación, informar con claridad y sostener las políticas de inmunización como prioridad de Estado.
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